Las máquinas bordadoras, al igual que cualquier otro equipo, requieren una rutina de mantenimiento. En términos generales, el mantenimiento se define como los esfuerzos realizados para preservar el estado y el rendimiento de una máquina bordadora. Las actividades de mantenimiento se dividen principalmente en dos partes: mantenimiento planificado y no planificado. El mantenimiento planificado se organiza y ejecuta con miras al futuro, controlándolo y registrándolo según los planes previamente establecidos.
El mantenimiento de las máquinas bordadoras se clasifica en dos tipos: preventivo y correctivo.
El mantenimiento preventivo implica realizar un paro programado de nuestra máquina bordadora para llevar a cabo mantenimiento mecánico o electrónico. Esto asegura la disponibilidad del equipo y elimina pérdidas por posibles fallas inesperadas.
El mantenimiento correctivo abarca las tareas destinadas a identificar, aislar y reparar una falla con el objetivo de restaurar un equipo o sistema a una condición operativa que le permita cumplir su función prevista. Este tipo de mantenimiento suele estar asociado a averías e implica actividades como resolución de problemas, desmontaje, ajuste, reparación y sustitución. Un ejemplo de mantenimiento correctivo en máquinas bordadoras es el reemplazo de un gancho frenado o un reciprocador roto, lo que permite que el equipo vuelva a estar disponible.
Para garantizar la disponibilidad constante de nuestros equipos las 24/7, es fundamental llevar a cabo los mantenimientos preventivos en las fechas programadas y así prevenir paros inesperados.
Si necesitas realizar cualquier tipo de mantenimiento en tu máquina bordadora, no dudes en ponerte en contacto con nosotros.